Columna de Lorena Fries, presidenta de la Corporación Humanas, quien, en el contexto de la admisión de la denuncia sobre el caso de la jueza Átala, (la jueza perdió la tuición de sus hijas por su orientación sexual) acogida por la Comisión Internacional de Derechos Humanos, comenta lo ineficiente que resulta suscribir a compromisos internacionales en la materia si los poderes estatales no están a la altura de dichos compromisos.
Nota que informa sobre la admisión otorgada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la denuncia de discriminación por orientación sexual presentada a favor de la jueza Karen Atala. La denuncia surgió a raíz del fallo de la Corte Suprema, que le quitó la custodia de sus tres hijas por convivir con su pareja homosexual. La acción fue patrocinada por la Corporación Humanas, el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales y Libertades Públicas AG.